La obra de Hannah Arendt en torno al concepto de guerra. Nuevos totalitarismos y su relación con el fenómeno de la guerra en la actualidad. La guerra preventiva en el marco de la unipolaridad hegemónica de los Estados Unidos de América en el plano internacional

Abstract

La finalidad del presente trabajo es visualizar en qué magnitud la doctrina de la guerra preventiva, se puede llegar a constituir en una amenaza, que comprometa la paz a nivel mundial, en función de sus posibles caracteres totalitarios. Para ello, lo hemos dividido en tres capítulos. El primero de los cuales buscará identificar una probable vinculación teórica entre los conceptos de guerra sostenidos por Hannah Arendt y Karl von Clausewitz. El segundo, tratará de establecer un vínculo, también teórico, entre la idea de guerra absoluta y los principales caracteres, que a nuestro juicio, se ponen de manifiesto en los sistemas totalitarios de gobierno. Ya en el capítulo final, buscaremos la posible relación existente, entre la doctrina de la guerra preventiva puesta en práctica por los EEUU a partir del 11 de septiembre de 2001, y los caracteres del tipo totalitario analizados precedentemente. Luego del análisis propuesto en los tres capítulos, que plasmaremos en conclusiones de carácter parcial al final de cada uno de ellos, arribaremos a una última sección, dedicada a hacer confluir allí, las conclusiones generales del trabajo. En síntesis, veremos que desde la particular óptica que Hannah Arendt tiene para observar el fenómeno humano de la política, la esencia está en volver a una democracia que rescate los fundamentos que le dieron origen en la antigua Atenas; que la propia esencia de la vida en democracia consiste en permitir al hombre desarrollarse en sus máximas potencialidades dentro de un contexto de paz, y que la política es justamente el arte que debe generar ese contexto. La posibilidad de dialogar y ponerse de acuerdo, adquiere, de ese modo, prioridad frente a la lucha por el poder. De allí surge la importancia que adquiere el empleo del poder militar del Estado, de una manera coherente con los principios democráticos (en donde no queda lugar para la guerra de agresión). En este orden de ideas, la guerra llevada a cabo con fines de aniquilación o exterminio, de ninguna manera podría ser el vehículo propicio para la difusión de los principios que fundamentan la democracia. Si así fuera, la democracia se desdibujaría respecto de su propia esencia, deslizándose – de alguna manera - hacia los extremos que son propios de los sistemas totalitarios. Por ello, es que trataremos de demostrar que la guerra en su versión preventiva, tal cual como la han llevado a cabo los Estados Unidos de Norteamérica frente a Iraq en el año 2003, encuadra en estos parámetros.