Descripción Hidro-Oceanográfica de las zonas de acceso a las bases antárticas argentinas, para uso de navegantes

Abstract

Desde el descubrimiento de América, entre los navegantes españoles y de otros países, existía la inquietud por encontrar territorios al sur de los continentes americano, África y Oceanía. Muchos fueron los pesqueros que zarparon del puerto de Buenos Aires desde mediados del siglo XIX con arrumbamiento generalmente sur, plasmando en sus bitácoras zonas navegables de gran dificultad como consecuencia de la deriva de hielos. Nuestro país, por cercanía geográfica y por una acertada política exterior, es una de las naciones pioneras relacionada con la ocupación e investigación científica antártica desde principios del siglo XX. En el año 1901 embarcó, por decisión del gobierno de turno, en la expedición del buque Antartic, al mando del Doctor sueco Otto Nordenskjöld, el entonces alférez de marina, José María Sobral. Ésta expedición permaneció en la Antártida durante dos invernadas. Luego de dos años sin tener noticias sobre la embarcación, a principios del año 1903 y luego de un intento de rescate fallido por el buque Antartic (las averías sufridas durante la navegación produjeron su hundimiento), el gobierno sueco pidió ayuda al gobierno argentino para realizar el rescate. Para cumplir con este rescate, se modifica y alista la Corbeta A.R.A “Uruguay” de la Armada Argentina y se designa como comandante al Teniente de Navío Julián Irízar. La expedición de rescate zarpa rumbo a la Antártida en octubre de 1903. Finalmente, el 2 diciembre de ese mismo año regresa al puerto de Buenos Aires cumpliendo con éxito su misión. Esta misión, además de dar a conocer públicamente al primer argentino que había pasado dos años en el hielo antártico, generó en el gobierno y en el pueblo argentino la idea de concretar una expedición científica propia en la Antártida. Es por esto, que, desde la primera expedición en el año 1904 hasta la actualidad, nuestro país, a través de la Armada Argentina, mantiene una ocupación ininterrumpida del continente Antártico. Argentina, actualmente, tiene 6 bases permanentes y 7 bases temporales o de verano. Es indispensable conocer las condiciones hidro-oceanográficas de este continente, pero específicamente en nuestras zonas de accesos a las bases antárticas. Con un mayor conocimiento en estas disciplinas científicas es posible minimizar el riesgo de accidentes náuticos y, por ende, además de preservar la vida humana, dar cumplimiento al Tratado Antártico del cual somos parte como nación signataria desde el año 1961. El presente trabajo realiza un enfoque descriptivo de información de importancia para el navegante que desea aventurarse en zonas de peligros constantes.