Angola, análisis de un teatro de operaciones de 40 años en estado de guerra, consecuencias nacionales e internacionales en el marco de la guerra fría.

Abstract

Portugal manejó sus colonias con mano dura, siendo las bases de su accionar el trabajo forzado y el castigo físico. Los portugueses fueron los primeros promotores del tráfico de esclavos, siendo Angola una de las fuentes principales de obtención. A través de los tiempos fueron constantes las negativas de Portugal a hacer cualquier tipo de concesiones a la población Angolana, (haciendo caso omiso a las reiteradas condenas de las Naciones Unidas), esta actitud afianzó las demandas de los nacionalistas africanos y desembocó en la lucha armada como la única forma de liberarse del yugo Portugués. Luego de más de 10 años de guerra colonial, la caída de la dictadura en Portugal, merced a la revolución de los claveles cambió radicalmente la situación. Se le concedió la independencia a Angola sin realizar una adecuada transición. En noviembre de 1975 Angola, con una extensión territorial cuatro veces más grande que Francia debía resolver cómo y por quién sería gobernado. Los cientos de miles de colonos portugueses que controlaban el poder, la industria, la agricultura y el comercio en Angola, (mano de obra calificada) huyeron en desbandada dejando que los angoleños se las entendieran solos sin capacidad siquiera para mantener en buen funcionamiento las infraestructuras básicas. Esta situación desembocó en una de las más crueles guerras del continente africano, que se desarrolló en pleno período de la Guerra Fría. En este escenario actuarán diversos actores que se plegarán a uno y otro bloque desangrando al país y transformándolo en un campo de batalla de orden táctico, estratégico e ideológico que se prolongará en el tiempo. La posición geoestratégica del país, así como sus riquezas económicas, fueron algunas de las variables que rápidamente despertaron el interés de los grandes bloques; quién posee recursos estratégicos, se convierte en un objetivo estratégico. EE.UU y la URSS encontraron en el continente africano la oportunidad de medir sus fuerzas y probar sus armas, desarrollando un juego estratégico afín a sus intereses, sin medir las nefastas consecuencias de sus acciones sobre la población del continente. Angola constituye un importante caso de estudio por ser uno de los países africanos que más años de guerra ha tenido que soportar en la historia del continente.