Reestructuración de las regiones de información de vuelo y áreas de control terminal de la República Argentina

Abstract

En el comienzo de la aviación, la navegación se realizaba uniendo puntos ubicados en el terreno que servían como referencias que podían observarse desde los aviones. Estos puntos podían ser accidentes geográficos, poblados, carreteras, vías ferroviarias, etc. Este método de navegación estaba limitado por las condiciones meteorológicas y por las horas de luz natural. Esto llevó a la ingeniería aeronáutica a desarrollar sistemas electrónicos de radio frecuencias con transmisores en tierra y receptores a bordo para poder realizar los vuelos sin la necesidad de observar el terreno. Del mismo modo, la evolución de la actividad aeronáutica, generó la necesidad de establecer servicios de apoyo a las aeronaves desde estaciones en tierra, las cuales daban información meteorológica actualizada de los aeródromos de destino y podían seguir las trayectorias de las aeronaves contando con los informes de posición de las tripulaciones. Con el crecimiento del tránsito aéreo comenzó a tomar importancia el servicio que se brindaba a las aeronaves desde las estaciones terrenas y así se establecieron zonas de responsabilidad. En estas zonas ubicadas en torno a los aeródromos, las tripulaciones debían comunicarse con los servicios de tierra, informar su posición y recibir instrucciones para realizar sus maniobras tendientes a organizar la actividad aérea de entradas, salidas y sobrevuelos. Llegado el año 1944 un grupo de naciones se unen con el fin de establecer una entidad que regule la actividad aeronáutica, firmando el día 7 de diciembre el Convenio de Chicago1 que da origen a la Organización de Aviación Civil Internacional – OACI – (International Civil Aviation Organization – ICAO –), la cual fuera activada el 4 de abril de 1947, al finalizar la Segunda Guerra Mundial (Jorge Ontiveros, 2006). Esta organización dividió el espacio aéreo del planeta en 9 Regiones de Navegación Aérea (Figura 1), debido a que las diferencias geográficas y climatológicas generaban diferentes necesidades en la determinación de instalaciones y servicios que variaban considerablemente de una a otra parte del mundo y de igual modo variarían las necesidades operativas y técnicas para la planificación e implementación de los servicios de tránsito aéreo (Jorge Ontiveros, 2006).