Ciudades y guerras. Algunas enseñanzas tácticas y estratégicas en este tipo de ambientes

Abstract

La historia enseña que, en muchas guerras pasadas, los decisores estratégicos han buscado la toma o conquista de ciudades por considerarlas centros de poder del enemigo, factor que las convertía en un punto a tomar o defender con todas las capacidades disponibles. Una ciudad puede dar una clara ventaja a quien está en inferioridad de condiciones, e incluso puede ser la clave de la victoria en una maniobra de desgaste prolongada. Pero atacar una ciudad cuando está fuertemente defendida, o incluso cuando pueda guardar alguna sorpresa táctica o estratégica para el atacante, puede tornarse en algo muy costoso en términos humanos y materiales y, como consecuencia, significar una derrota o, al menos una victoria pírrica y, por esta razón, muchos generales las evitan.